domingo, 23 de mayo de 2010

El Castro y los pendones. Y II.

Habíamos quedado con Santo Toribio, patrono de San Justo, al que sacan de paseo el día de de su onomástica y si llueve le daban una vaca y, si no, lo tiraban al río. Todo sea por motivar a la corte celestial en la línea correcta.


La historia era, como decíamos, la cristianización de lo pagano y, a partir de ahí, no se conoce ninguna otra referencia hasta bien entrado el S. XVI, que nos llega indicado en el archivo del cabildo. Documento que falta por ser utilizado por los gabachos como combustible en la ocupación de 1.808. Concretamente se cita el año de 1.557. Con motivo de la salida, Astorga le regaló a la Virgen una capa de brocado.

Para quien sea curioso de los datos indicar que la virgen salió todos los años desde 1.592 hasta 1.598 (o había mucha sequía o mucha necesidad). El siguiente apunte data de 1.658, y entre este año y el de 1.787 salió en 34 ocasiones más (a una media de una vez cada tres años). El siguiente apunte es del año 1.887 siendo este, el último del siglo XIX. A partir del S.XX y ya según los incompletos archivos del arca de la Virgen, salió en 1.903 subió el 24 de abril y volvió el 4 de mayo (10 días justos), volverá a salir en 1.905, 1.909, 1.913 y 1.918. Es en este último año es cuando se hace costumbre que suba un viernes, en que dormirá en Sancti Spiritus para ser aseada y cambiada, para el sábado comenzar su novenario. Y, como sucede hasta el año 2.004, bajará el lunes de la semana siguiente. Sabemos que, por lo menos, vuelve a salir en 1.927, 1.929, 1.938, 1.939 (para dar gracias por la finalización de la guerra), 1.944, 1.945, donde se conoce que asistieron unas 30.000 personas. 1.949, 1.954, 1.957, 1.961, 1.964, 1.965, 1.970, 1.974, 1.982, 1.986, 1.988, 1.991, 1.994, 1.999 y 2.004. En este año, por vez primera, la Virgen subirá un viernes, 21 de mayo, y volverá un domingo, 30 de mayo, con el fin de que los que no estamos podamos acudir con más comodidad. Esta circunstancia ha hecho que, para poder hacer el novenario completo, la Virgen no haya dormido en Sancti Spiritus. Finalizamos con la última, la del 2009.


De lo que se conoce, la estructura siempre ha sido la misma, comienzan los pendones, el primero, el de Santa Marina del Rey, que se ganó el favor pagando una fanega de trigo durante unos cuantos años, después el resto hasta el último que siempre es el de Castro. El hecho de que no aparezca ningún registro del orden de los pendones quiere decir, uno, que no hay tan orden, dos, que los procuradores han sido un poco dejados. Como esto último no me parece sensato, hay que pensar que no hay orden establecido, al final cada uno parece que va como Dios le da a entender, aunque, casi siempre en sitio parecido para evitar líos. Sin embargo no ha dejado de haber pleitos por el lugar. Al de Riego y Huerga, que todos conocemos y que ha dado lugar a que Riego no salga, hay que sumarle el que sostuvieron Villalis y Robledino en el año de 1.670 y cuyo resultado final desconozco.

Tras los pendones van las cruces parroquiales y tras ellas la Virgen.
Inicialmente quienes portaban la Virgen eran miembros del clero. Desde hace algún tiempo no existe dicha prerrogativa, quizás por el descenso de ministros.

También por norma, al menos, dos de los procuradores de la tierra han de acompañar a la Virgen durante todo el camino portando velas prendidas.

El origen y destino final de la rogativa es el cerro del Castro. Se trata de un asentamiento pre-románico aprovechado por los invasores como atalaya de control y protección de la Ruta del Oro que, desde Villalís, se dirigía hacia Astúrica. El templo actual, edificado sobre uno existente, data de 1.597-1.563 y se debe a Pedro de Lastra y Francisco Escajadillo. En el año 1.630 se le añade el pórtico. En el 1.631 se adquiere la custodia. Entre los años 1.644-1.645 se añade el cercado de piedra. Posteriormente, sobre el año 1763, se amplía con la adición de dos naves y, sobre la espadaña del campanario antiguo, se construye la torre de 30m y la nave lateral del evangelio.

Cómo toda operación matemática tiene su opuesta, a tantas adiciones se le añaden determinadas sustracciones. En 1.965 roban varias cadenas de oro, aunque la acción más penosa fue el robo de 1.976, donde de entre todas las tallas que se robaron, que no fueron pocas, faltó la Inmaculada. Por ese motivo, la talla que despedía y recibía a la Virgen ha tenido que ser sustituida por la Virgen del Rosario. Hay quien dice que en esa acción también faltó la propia Virgen que han sustituida por otra….

Sea así o no, lo cierto es que el agua nunca le falla, de ello puedo dar fe, por ser ya numerosas las mojaduras. En una de ellas (creo que fue en 1.994) se nos partió el palo de Tejados, pendón de adopción en los últimos años, a su paso por Riego. Tanta era el agua que dejamos acumularse en la tela que, al alzarlo, el mástil no aguantó y nos quedamos compuestos y sin boda. Ya dice el refránQuien siembra en el camino, cansa los bueyes y pierde el trigo”.


He oído contar una historia que vuelve a mezclar lo cristiano con lo pagano. Trata de 5 hermanos; la Virgen del Castro, el Cristo de Destriana, el Cristo de Tabuyo, la Virgen de las Candelas en Castrillo de la Valduerna y la Virgen de Luyego. Cuentan que la primera hermana, La Virgen del Castro, subió al teso, allí se enzarzó y no tuvo más remedio que quedarse. El Cristo se llegó hasta Destriana. De tan cansado que iba, al subir la cuesta se sentó y allí se quedó, haciéndole allí mismo la casa. La Virgen de Castrillo, al igual que la de Castro, se quedó enganchada en las zarzas. Al Cristo de Tabuyo dicen que le gustó tanto el pueblo que decidió aposentarse allí. Y, finalmente, la Virgen de Luyego ya no encontró sitio mejor donde quedarse que cerca de sus hermanos, cerca del Duerna.

Yo sin embargo tengo especial predilección por otra que cuenta como, bastante antes de que los hijos de Rómulo y Remo decidieran hacer de este solar su provincia, ésta, estaba dominada por tribus celtas con lazos de sangre entre ellos, arévacos, autrigones, amacos….
Una de estas familias, buscando nuevos lugares, tomó el camino del sur. Al llegar al río Ornia y contemplar los bienes que la tierra ponía a su disposición; tenían abundante caza, madera y, además, una fértil vega, decidieron aposentarse y fundaron su nueva residencia en Villalis (según Ptolomeo; Intercatia). Allí prosperaron; el astado dios Cernunos se preocupaba de que no les faltase madera ni caza para subsistir. El Dios Deva le proveía la corriente del Ornia que hacía que sus tierras floreciesen cada año y Lug enseñó a los hombres a extraer el fruto de la tierra, a fabricar instrumentos de guerra y trabajo forjando los metales. La población fue creciendo y consolidándose en la agradecida tierra.

Unos años después, en la celebración del equinoccio de otoño, cuarenta días después del mismo, como manda la tradición, el pueblo entero se congregó alrededor de las hogueras para homenajear al dios Cernunos. Los sacerdotes disfrazados del Dios cornudo repartirían cerveza caelia y fermentados de hierbas que contribuían a liberar los espíritus. Pero antes de la celebración, a medio día, el Jefe de la tribu se reunió con sus cinco hijos y les dijo; –Nuestro pueblo ha prosperado, el lino que producen nuestros campos es muy valorado por nuestros vecinos, el oro y los metales que extraemos del río y las minas, hacen que nuestros beneficios comerciales crezcan día a día. No sólo eso, nuestras mujeres y niños no pasan hambre, las tierras y los bosques producen abundantemente. Por ello, ha llegado la hora de que busquemos nuevos asentamientos donde seguir creciendo y hacer más fuerte nuestra tribu. El Dios Deva ha sido muy generoso con nosotros por eso, nuestras nuevas poblaciones buscarán la protección y la abundancia al lado del río Ornia, el río a cuya corriente hemos progresado y que nos fortalecerá como conjunto. Una vez completemos las celebraciones partiréis río arriba buscando posiciones fáciles de defender para que, en el momento de la siembra, puedan ser pobladas.-

Diez días tras la celebración fue el momento elegido. Los cinco grupos de jinetes se reunieron en la puerta oeste, antes de aparecer la primera luz para pedir la protección de Lug y mirando hacia el Teleno reclamando la atención de Taranus, Dios de las tormentas y de la guerra. El primogénito portaba un cordero recién destetado que entregó a los sacerdotes. Dos de ellos sujetaron al animal mientras el tercero hundió una daga en sus entrañas. Con las manos manchadas de sangre alzó los brazos hacia el sol naciente. –Lug os protege y Taranus os mostrará enclaves seguros para nuestro pueblo.- Dijo el sacerdote y los jinetes partieron a la localización de nuevos lugares donde asentarse.

Para la siembra de la siguiente temporada, cinco nuevos asentamientos configurarían la ya conocida como tribu de los Orniacos, los de río Ornia o Duerna; uno en el cerro de Castro como garante de la vía de comunicación hacia el Norte, el segundo en el cerro de Destriana, el tercero en Tabuyo, el cuarto en Castrillo y el quinto y más alejado hacia el Noroeste en Luyego.

Como acostumbran a decir por estos lares; “A buen varón, tierras agenas su patria le son”.

La música no acompaña la entrada. Se extrae de un blusman que ha recuperado para la música actual el peculiar sonido del banjo, Otis Taylor. El álbum al que pertenece se llama “Recapturing the banjo” y aquí queda este tema que habla de los esclavos negros que llegaron a América como mano de obra de las plantaciones. Espero que disfrutéis de la música lo mismo que la disfrutan mis hijos.


La pintura sí que va con el tema, es un cuadro de la propia Virgen pintado por Sebastian Román Lobato. Natural de Castro y premio Artistas Emergentes de Castilla y León 2008 por su trabajo en fotografía. No puedo añadir nada porque no conozco nada más de su obra, no es mal momento para remediarlo.


lunes, 17 de mayo de 2010

Del origen de la rogativa del Castro

Rastrear en los orígenes de las tradiciones populares resulta tan infructuoso como bucear en nuestra propia memoria. Los conceptos, las razones, los hechos, los modificamos, los adornamos, los cambiamos para que, al final, parezcan lo que queremos que parezcan, por eso la historia, al igual que la memoria, sea histórica o no, es tan falsa, o tan rica como quién la narra y quién la lee.

Con esta premisa, si ya es complicado llegar a conclusiones más o menos realistas con un hecho histórico, mucho más cuando en una sola tradición se funden dos diferentes con sus propios desarrollos y sus propios orígenes, cuanto más si apenas existen escritos que las avalen. Me refiero a la tradición del Castro y a la de los pendones. Nada hay que nos haga pensar que iniciaron su existencia a la vez, lo más probable es que no haya sido así. En este caso, lo que nos ocupa es el origen del Castro, en otro momento nos referiremos al de los pendones.

No es el objetivo de este blog entrar en suposiciones sin embargo, en este caso, romperé el propósito, adelantando algunos datos que expondré más detalladamente en la página web “La Zaya de Carral y Villar” cuando finalice esta serie de entradas sobre los pendones y El Castro.


Son de sobra conocidas tradiciones de origen prerrománico (celtas y no tan celtas) que han llegado hasta nuestros días “disfrazadas”. Es de todos conocido el tesón que la Iglesia católica puso en “cristianizar” los símbolos y tradiciones que no pudo o no quiso (tal parece ser el caso de San Patricio en Irlanda) eliminar. Como, además, la Iglesia que, en aquel preciso momento, eran los depositarios y conservadores del saber escrito, bajo el criterio de alguno de sus miembros, cercenó o eliminó la documentación que no resultaba conveniente para sus intereses. Esto último lo ha hecho la Iglesia y lo ha hecho todo el mundo desde siempre, no ha habido excepción; “la historia la escriben los vencedores”. Es más, quizás haya que agradecerles que determinadas tradiciones o saberes locales hayan llegado hasta nuestros días bajo su pátina. Me apunto a la opinión de que la devoción de Castrotierra es una de ellas.

No debe de ser entonces una casualidad que la historia proponga como iniciación de la tradición a un Santo Toribio que, además de Obispo de Astorga, fue famoso en su persecución de la herejía Priscilianista, tendencia de gran arraigo en la zona de influencia del Castro.

Esta historia cuenta que Santo Toribio, fue nombrado Obispo de la ciudad de Astorga en el año 448 de nuestra era. Según la tradición, dentro de la sede, se granjea como enemigo al arcediano Rogato, personaje oscuro, que hace un uso abusivo de sus atribuciones dentro de la diócesis, no en vano uno debía tratar a las almas y este último a las economías. Tras seis años de conflictos, enfrentamientos soterrados y celos, el archidiácono encuentra un resquicio en la intachable conducta del santo y, aprovechando unas acciones dudosas del Obispo, le denuncia ante la curia. Las acusaciones son de tal calibre y tan obvias que, con el fin de evitar la deshonra, obligan a Toribio a someterse al juicio de Dios, una ordalía. Deberá sostener en sus manos carbones incandescentes y Dios, si es inocente, le librará de todo daño.

Ya llega el día señalado y el Obispo Toribio se inviste de su dignidad eclesiástica para asistir a su prueba de fuego, nunca mejor dicho. Sus correligionarios le esperan con un gran incensario prendido y bendecido. El sacristán coge una tenaza y con ella recoge del incensario una brasa al rojo vivo que deposita sobre el encaje del roquete del ministro. Para sorpresa de los presentes, no arde. Coge otra nueva brasa y la deposita sobre su mano derecha hecha cuenco para sostener el tizón encendido. Su piel no llegará ni a chamuscarse.

Todos los presentes se felicitan y lo felicitan, incluso aquellos que han conspirado con el archidiácono en su contra. El es consciente que tiene la confianza del pueblo llano que le apoya en contra de quién le ha acusado, sin embargo Rogato ha tejido una red de amistades y favorecidos en la curia y en la oligarquía Astorgana que han hecho de su ministerio un auténtico suplicio. En contra de las peticiones de los fieles decide abandonar la sede episcopal.

En lo alto de la torca de San Justo, se para, y observa su ciudad y los pueblos de alrededor. No le queda más opción que seguir. De esta tierra no se llevará ni el polvo de sus zapatos.


Tras la marcha del Santo, una gran sequía se abate sobre la comarca a la que no abandonará durante un largo periodo de siete años en los que los niños neonatos morían ante la imposibilidad de ser amamantados por sus madres. En los concejos se proponían todo tipo de soluciones, pero el agua no quería caer y la situación era insostenible. Las voces que claman por la vuelta del Santo Varón se multiplican a la vez que lo hacen en contra del arcediano Rogato, a quién culpan del castigo divino. Finalmente nombran a ocho hombres buenos, uno por cada uno de los ocho lugares de Astorga, los cuales reciben el encargo de buscarle y pedirle consejo.

El Santo que volvía de las Galias es localizado en Palencia. Recibirá entusiasmado la delegación de sus paisanos. La alegría por el encuentro se torna pesar al conocer que el hambre y la penuria se ha instalado en la tierra que lo vio nacer. El Obispo se recogerá esa noche abatido por las malas nuevas que le han traído. No sabemos si en el sueño se le apareció la virgen, lo que es cierto es que a primera hora de la mañana pide volver a entrevistarse con sus conciudadanos; –Nada puedo hacer yo directamente por vosotros,- dicen que contestó el Santo – pero os diré que habréis de hacer para que la gracia del Señor vuelva a nuestra tierra. Encaminaos de inmediato a Astorga; a unas tres leguas escasas de allí se encuentra la milagrosa imagen de la Virgen del Castro; llevadla en procesión a la catedral y tenedla allí en solemne novenario. Si tal hiciereis, la lluvia fecundará de nuevo vuestros campos, y siempre que os encontréis en apuros de sequía, peste u otras calamidades, acudid a la Virgen y seréis remediados.-



Nunca aquellas gentes olvidarían la providencial ayuda prestada por esta sencilla imagen y siempre que alguna desgracia se cebaba con su tierra, acudían pidiendo ayuda a su ya, desde entonces, protectora, encontrando siempre el alivio que solicitaban.


 
Ya dice el refrán de estos pueblos; “Cual es la campana, tal la badajada”.


Ensemble Organum es un grupo fundado por Marcel Péres en Francia. Está especializado en música previa y del entorno del gregoriano. Su trabajo más reciente se ha centrado en el canto Mozárabe del siglo XVI en España. En este documento incluyo la invocación sacerdotal de introducción a la misa grabada en la Catedral de Toledo.


En la parte alta del valle del silencio en la zona de la Valdueza, a algo menos de 20 Km. de Ponferrada se encuentra Peñalva de Santiago. Este pueblo tiene una joya de la arquitectura mozárabe; la iglesia que, bajo la advocación del apóstol Santiago, se remató en el año 937. En realidad el pueblo entero es una joya y el Valle del Silencio otra más, aunque esta, de la naturaleza.


martes, 11 de mayo de 2010

Este pendón irá al Castro....

Si hay un evento de relevante importancia para los que nos gusta esto de los pendones este es, sin ningún género de dudas, El Castro.

 
Se trata de salir acompañando a la Virgen de Castrotierra en su desplazamiento hacia Astorga, en una primera parte, y desde Astorga a Castrotierra, en la conclusión tras celebrar un novenario en la catedral. Es importante indicar que la subida implica cena tras el esfuerzo y, la bajada, un buen desayuno con callos y comida de campo en el teso del Castro, que todo ayuda.
 
Muchos han tratado de desvelar los motivos y orígenes de esta tradición que, arraigada como pocas en esta tierra, provoca que no menos de una treintena de pendones, en ocasiones se han acercado a la centena, acompañados de toda una liturgia muy especial. De todos los artículos que he leído sobre este punto recomiendo éste, que podéis visitar pinchando sobre este enlace; pendones para la diosa de la lluvia, un artículo de Tomás Álvarez.

De mis años de infante, en mi memoria se anclan tres recuerdos principales relacionados con el Castro. En el primer caso debo rondar los 5 años, estoy con mi padre en El Castro esperando al pendón de Barrientos con el que viene, como es lógico, mi tío Toño. Recuerdo observar cómo llegan los diferentes pendones al calor del vino y celebrando la arribada. El segundo, quizás un año más tarde, también con mi padre, asistimos a la salida de la virgen por los alrededores de la ermita. En algún momento se pone a diluviar. Mi padre, para evitar que acabe como una sopa, me mete bajo las andas de la virgen hasta llegar a la ermita. Una vez allí y ante la gran demanda de cobertura por parte de los asistentes, debe protegerme, a mí y a una mujeruca que las estaba pasando canutas, de los embates de la marea humana que pugnaba por resguardarse de la tromba de agua. En el tercer caso, la escuela de D. Tirso había cerrado a medio día por el hecho en sí mismo y con Jose (el de Flores) nos vamos por el camino de Riego a esperar la comitiva en el monte. Desde allí la acompañamos hasta Castrillo, o eso creo, y de ahí nos recoge mi padre y a esperarla a Astorga. En este caso podríamos rondar los 7 años.

De esta comitiva, de su convocatoria, un tanto singular, y del porqué de la misma, muchos hablan y muchos hierran y yo no sé en qué grupo he de ponerme. He oído de todo, que si sale cada 4 o cada 7 años y, además, en los años en que se vota. Que si el hecho de votarse inicia un nuevo intervalo o no… Hay razones y habladurías para todos los gustos. En este caso, la verdad cierta es la que aparece reflejada en los estatutos de los procuradores de la Virgen del Castro que rezan así “…Cuando una importante necesidad de peste, guerra o sequía cause graves daños en la comarca y los fieles acuden confiados a la Santísima Virgen de Castrotierra deseando exteriorizar su devoción filial y ardientes súplicas en una solemne rogativa, los Procuradores de la Tierra y Presidentes de las Juntas Vecinales de los Quartos y Alfozes de la antigua jurisdicción de Astorga, siguiendo la venerada tradición, se reunirán para deliberar sobre la necesidad de la rogativa ….” En resumen, quitando el polvo eclesiástico, sale sólo cuando la votan.
 
Y, la pregunta del millón, ¿Como se vota? El proceso concreto de la gestión de la petición y posterior formulación de la rogativa aparece reflejado en el siguiente organigrama. El procedimiento se inicia a petición de un Quarto, normalmente San Justo por el hecho de ser el más poblado;

Fig. Procedimiento estándar de aprobación de rogativa según los estatutos de los procuradores y presidentes de las juntas vecinales de la Jurisdicción de la Virgen de Castrotierra.

En conclusión, el caso es que se convoca al personal por demanda de los vecinos, de los que se hacen lenguas los Procuradores, y son, los Procuradores de la Tierra y los Presidentes de las Juntas Vecinales de los Quartos y Alfozes de la antigua jurisdicción de Astorga, los que, en la casa de la Virgen, en el barrio de Puerta de Rey, apoyados en el valor de la mayoría, aprueban o desestiman la salida, que siempre se hace bajo demanda y no porque haya intervalo alguno fijado. A la asambleas los Quartos ostentan el derecho de envíar al Procurador de la Tierra y al Presidente de la Junta Vecinal. Los Alfozes, que no tienen derecho a nombrar Procurador de la Tierra, envían al Presidente de la Junta Vecinal. De esta forma, los Quartos, los pueblos con derecho a nombrar procuradores son:
  • Nistal de la Vega.
  • San Justo de la Vega.
  • San Román de la Vega.
  • Carneros y Sopeña.
  • Brimeda.
  • Valdeviejas.
  • Murias de Rechivaldo.
  • Castrillo de los Polvazares.
Y los pueblos de Alfoz con derecho a estar presentes en la asamblea representados por los Presidentes de la Junta Vecinal son:
  • Celada de la Vega.
  • Bustos.
  • Piedralba.
Con esta composición de representantes de dichos concejos queda formalizada la asamblea que decidirá sobre la conveniencia o no del asunto.
 
Cada vez que sale la Virgen, siempre se repiten los mismos comentarios, que si el Obispo no está muy de acuerdo (será por el hecho de ser comparsa y no protagonista), que el derecho de pernada que cobra por la estancia de la Virgen en la Catedral es, con mucho, superior a la que cobraría un hotel de 5 estrellas con servicio completo, que la próxima vez si no se atiene a razones se lleva la Virgen a San Andrés….o a San Justo. Siempre ha habido problemas con el Obispado y, parece que, estamos condenados a que siempre los haya. Aún recuerdo un año en que el Obispo Antonio Briva Miravent, famoso por sus puros y wiskies, quiso imponer normas de comportamiento y moralidad a los mozos que, agotados por el esfuerzo y sembrados del fruto de la parra, llegaban a Astorga por delante de la talla. Por suerte su planteamiento no llegó a más.
 
Y, por lo que se sabe, estos problemas vienen de lejos. Ya en el año 1.772, los representantes electos deben acudir al amparo del Rey de España, que por aquel entonces era Carlos III. Monarca que se distinguió por su despotismo ilustrado (todo para el pueblo, pero sin el pueblo), algo parecido al comunismo de finales del siglo pasado. El monarca era famoso por haber expulsado del reino a los Jesuitas y por propugnar por una mayor distribución de la tierra, cuestión lógica si nos damos cuenta de que en esos momentos en nuestra zona un 2% de la población (eclesiásticos) tenían en su poder, algo menos del 14% de las tierras. Vamos, que 1772 no era un momento muy propicio para las clases humildes, la liberación comercial trajo consigo el alza de los precios de los productos básicos, unido a unos años de sequía prolongada. Estos pobres hombres no tenían a quién recurrir y, si la fé en la Virgen ayudaba, mejor algo que nada. Pero hete aquí que la jerarquía eclesiástica, siempre bien alimentada, no opina lo mismo y, sea porque al tal Obispo Juan Manuel Merino Lumbreras o, a sus adláteres no les gusta demasiado esta tradición que se les escapa a su control de forma continuada o, porque querían extraer beneficios económicos complementarios, no permitían la celebración. Ante la falta de contestación a los sucesivos requerimientos, los convocantes deciden acogerse a la protección del monarca que falla a su favor, obligando al citado ministro de Dios a plegar velas y envainársela.

Pero como sea que la semilla del Diablo siempre prende, en 1.803 reinando ya Carlos IV y siendo Obispo de la diócesis de Astorga Francisco Isidoro Gutierrez Vigil, vuelven los pleitos y los procuradores, que mucho control de actas, sesiones y papeles no debían tener, han perdido la Real Provisión y acuden al nuevo Rey demandándole una nueva Carta para que el Obispo “cumpliera lo mandado, no sólo por obediencia sino porque ningún perjuicio se le sigue, pues los gastos no salen del fondo de propio y arbitrios, sino que se pagan voluntariamente por los mismos naturales”. Un poco de mala leche sí que tenían los naturales, a lo que el Consejo contestó;

“Visto por los de nuestro Consejo el citado pedimento; los documentos producidos con él; los antecedentes que motivaron la Real Provisión que se expresa de veinte y dos de Diziembre de mil setezientos setenta y dos; los informes y noticias que tuvimos a bien pedir sobre el asunto, así al Rvdo. Obispo de Astorga; como al Alcalde mayor de aquella Ciudad, y lo expuso con presencia de todo el nuestro Fiscal; por auto de veinte y cinco de Junio próximo se acordó expedir esta nuestra Carta. Por la qual queremos y mandamos, que siempre que se acuerde en Junta general de los Lugares y Tierra de la Ciudad de Astorga, la celebración, procesión y novenario a su costa, de la Imagen titulada de Nuestra Señora del Castro, por falta de agua ú otra necesidad pública, precedidas las Rogativas particulares de los pueblos del Distrito, no se les impida su ejecución por el Muy Reverendo en Cristo Padre Obispo de Astorga, del nuestro Consejo, ni por el Magistrado Secular, concurriendo ambos con sus respectivos auxilios, conforme a los antiguos usos y buenas costumbres: que así es nuestra voluntad. Dada en Madrid a dos de Julio de mil ochocientos y quatro. El Conde de Montarco-D. Antonio Villanueva-D.Bartolomé de Prada y Santander-D.Domingo Fernández de Campomanes-D.Adrián Marcos Martínez.”

Ya lo dice un refrán de la tierra; “La zorra mudará los dientes, más no las mientes”.

La próxima entrada; El pendón irá al Castro. Origen de la tradición.

Una música clásica para variar. Erik Satie (Honfleur 1866- París 1925). Un personaje transgresor y excéntrico que llega a la composición ¿clásica? después de haberse dedicado a la música de cabarét. Buenos principios auguran siempre buenos finales. El hecho de seleccionar una pieza tan delicada como Gymnopédie me viene porque la primera vez que la oí fué en una interpretación de un pianista (Pascal Rogé) que se titulaba “After the rain… (después de la lluvia)” y, en mi caso y en este blog, la lluvia, sugiere El Castro.


Pareja de Satie fue Marie-Clementine Valade (Suzanne Valadon) pintora post impresionista. Abocada a una vida compleja, asidua de ambientes de reputación dudosa, conoció el éxito en la pintura donde se la reconoce por la fuerza de su composición y el uso de colores vibrantes. La obra que aquí traigo no está entre sus más reconocidas. A mí, sin embargo, me resulta tremendamente evocadora. Una pintura para disfrutar; Jarrón con flores frente a una ventana;
 
 

domingo, 2 de mayo de 2010

Sobre el pendón. Introducción.

Ahora, gracias a este nuevo impulso, con el que se va concretando ya la recuperación del pendón, es momento de volver a ello, es decir, al pendón.

  
Foto del pendón de Carral-Jose Luis (carraldelavega.blogspot.com)

No es cuestión de quitar la razón a quien lo dice porque, es cierto que una gran parte de la tradición de acudir y pujar se ha perdido en estos más de 60 años que hemos estado sin pendón, sin embargo no es menos cierto que, acogidos en otros pueblos, ha seguido habiendo mozos, y no tan mozos, que han continuado llevando “el palo” regularmente. Así en la familia de mi tía Isidora, en la de Florencio, en la de Constantino o en la mía propia, desconozco si alguno más, siempre ha habido quién se arrimara a un palo de acogida y a merendar, que a Castro siempre nos ha apetecido ir a todos, a mi el primero.

El caso es que si, de alguna forma, hemos perdido algo no es como para tener que llamarse a sagrado, pondremos la arena necesaria para hacer esta envuelta y ya veremos como fragua. Comenzaremos, pues, con una aproximación al bicho para continuar en las semanas siguientes con un máster sobre Castro y la puja del animal, que como siempre unas veces está encima y otras abajo.

Puestos a recuperar, muy gratificante no es comprobar que casi todo se ha perdido menos la memoria. Es por ello, por lo que deberemos poner remedio antes de que la memoria también se pierda. Hago un inciso y desde este momento, que es tan bueno como cualquier otro, me propongo comenzar a documentar todos los retazos impresos que aún queden en la parroquia. Hoy que las tecnologías nos lo permiten, tenemos una buena oportunidad para que lo que queda no desaparezca. Se impone, por tanto, hablar con D. Evasio que, con su habitual talante, no creo que ponga impedimentos.

Volvamos al pendón. Los mayores son casi siempre una buena referencia y, cuando me encargaron hacer la memoria del pendón para solicitar la ayuda de la diputación, lo comenté en el chigre de Felipe, por cierto, con un nivel de acabado ya realmente profesional. Es de agradecer el interés de este hombre sin el que seguiría cerrado. El caso es que lo comenté delante de Felipe, Paco y Antonio el de Lupe, la única persona que reconozco en la única foto del pendón de Carral que conozco. Esta foto fue publicada por Jose Luis en su blog y recuperada de este modo para la memoria colectiva del pueblo.

Entrados en harina, ya comenta Antonio que recuerda con claridad ese día, el día de la inauguración del pantano de Villameca, y que, por lo que a su memoria se refiere, fue la última vez que salió el pendón, “-Ya en el siguiente Castro no pudo salir-” aclara.

Esa fecha fue la del 2 de Octubre del año 1946 y el entonces Jefe del Estado tenía previsto inaugurar el Pantano de Villameca y los pueblos beneficiarios habían sido convocados al acontecimiento.

En aquel entonces era presidente de la Junta Vecinal, José Martínez Martínez “El Sereno”, tío mío por casamiento y que vivía en la casa actual de Quico “El Barbero”, donde recuerdo ir con mi abuelo a la barbería que tenía. Esto era cuando yo aún tenía pelo lo que es casi decir, en los tiempos de Maricastaña.

Sin duda eran otros tiempos, los palos no eran como los de ahora y era preciso ponerlos a remojo para que cogieran peso y flexibilidad y los mozos de entonces tampoco eran como los de ahora pero, me atrevo a aventurar que, antes de salir para Villameca, desayunaron como Dios manda; con sus buenos callos para acondicionar el cuerpo y, a la hora de la oración, les darían sus tientos a la bota de vino de la Valdoza, que siempre ayuda a encontrar la vena mística adecuada para la ocasión.

A diferencia de la procesión a Castro en que los kilómetros serenan los ánimos más exaltados, estas concentraciones, por su escaso recorrido, son propicias para que alguno, con el espíritu místico más elevado que de costumbre, diera con sus huesos y con los del pendón en el suelo. El testarazo fue importante, no hay nada más que ver como quedó la cruz. No me costa que enganchase a alguien debajo.
Tras el golpe debería haber venido la reparación. Nadie ha acertado a decirme el motivo pero el caso, que es lo que ahora nos importa, es que el pendón no volvió a rehacerse y, de esos lodos tenemos ahora estos fangos de los que nunca hemos sido capaces de deshacernos. Si ahora volvemos a tener pendón habrá sido por el esfuerzo y la constancia de Jose Luis, de mi hermano, de Paquito, de Juan Manuel, de Miliano (Emiliano) y, con seguridad, de alguno más que no tengo ahora en mente.

Vayamos pues por asignaturas, hoy toca conocimiento del medio. Las partes del pendón.
Esquema general de un pendón:



El Palo: El Palo es, como viene siendo habitual en estos momentos, de abeto o pino norte laminado, encolado y torneado. Acanalado para reducir peso sin perder resistencia.

Longitud: 950 cm.

Diámetro en la punta: 18 mm.

Diámetro en la base del cuerpo: 28 mm.

Peso aproximado: 20 Kg.

Cruz: Es de común aceptación la sustitución de la cruz en la punta por un ramo de flores. Esto es así para evitar descalabros fortuitos en caídas.


El paño:
El paño del pendón de nuestra tierra tiene ciertas características diferenciales que se han tenido en cuenta en el proyecto.


Para calcular la longitud total del paño se tiene en cuenta que desde la punta inferior del mástil al inicio del paño se ha de dejar, al menos, 350 cm. libres.

La longitud de los lados debe ser tal que totalmente plegados sobre el mástil las puntas deberán quedar a la misma altura y a unos 50 cm. del borde inferior.

El paño se compone de varias bandas que van unidas entre sí por medio de agremanes de 6 cm. Antiguamente estos agremanes eran metálicos y, por ello muy resistentes por lo que la unión de la tela no era tela sobre tela, era sobre agremán, de esta forma se dejaba respirar al paño dejando pasar el aire entre las bandas de tela liberando de tensión al conjunto.

La parte de la tela que cubre la punta y, normalmente, servía de base a la cruz se llama “capelina”.

El peso total del conjunto rondará, incluyendo remos, unos 8 Kg.

Para finalizar, indicar que habitualmente se lleva recto sobre un cinto o a pelo, aunque no faltan quienes lo llevan tumbado para un mejor equilibrio general del conjunto ya que al ir tumbado corre menos peligro de caerse y enfila los vientos de cara además que permite apreciar mejor su longitud y la hechura del paño.



La próxima semana, la romería del castro......

Con este tema cuesta trabajo buscar un punto melódico y pictórico al asunto. Para musicar esta entrada finalmente me he decantado por una composición musical del Cirque du Soleil por lo que de circense, espectacular y colorista tienen los pendones y, en particular, el Castro. El tema es Irma de la gira Alegría. A disfrutar.


Para la parte de las pinturas añado una pintura del Astogano Luis Miguel Alonso Guadalupe, Pendones y Banderas que ilustra esta tradición de tanto arraigo popular.



 



lunes, 26 de abril de 2010

Caberías y Caballeros Pardos


En una anotación del registro de la diócesis de Astorga en el S.XI, concretamente en su página 361, dice así; “Vecinos de Barrientos y el sacerdote llamado Pedro dan a la Iglesia de de Santa María de Astorga y a su Obispo D. Pedro, la Iglesia de San Martín, edificada en dicho pueblo, debajo del Monte Iraco y a la corriente del río Tuerto con todas las heredades que posee el 20 de Diciembre de 1.069”.

La iglesia de la que hablo es la del cementerio, ya mis abuelos y mis padres me comentan, que el antiguo pueblo de Barrientos se asentaba en lo que hoy se denomina “las costillinas” o “El Cillar”, en la falda del monte ¿Iraco?.

Fui torpe para comenzar a andar en bicicleta y comenzar trajo encargo, el de acercarme todas las tardes a casa de mi abuela, en el barrio de Santa Ana, a llevarle una botella de leche. Guardo muchos recuerdos de las tardes de invierno en la cocina de mis abuelos. Sobre todo de las historias que se contaban sobre la “torca del moro” y la pervivencia de una familia musulmana hasta casi nuestros días, historias de bajadas de lobos, o cuentos varios que, ya por aquel entonces, publicaba, según creo recordar, Don Octaviano.

Para mí también era especial el día en que, como todos los inviernos, subíamos al monte a cortar un carro de leña para mis abuelos. Siempre la misma liturgia; muy de mañana mi padre con el tractor y el remolque subía al monte por el camino de las viñas, mientras, a mí me esperaba mi abuelo en casa. Una vez allí, nosotros dos solos, alguna vez con mi tío Toño, con las “machetas” recién afiladas y la sierra al hombro salíamos para el quiñón del monte. Los charcos de la calle estaban helados, la niebla cerrada, por la orilla del reguero llegamos a la tierra de “Los Quiñones” y, desde allí, subíamos a la estación, cruzábamos la vía y ascendíamos por el camino de la “Cantarillina” hacia el teso de arena, en cuya ladera, habitualmente, mi abuelo sembraba garbanzos, de ahí al “Chano” y por el “Carrochano” subíamos las torcas y llegábamos al monte.

Era una sensación agradable dejar las nieblas y las heladas calles para llegar al, mayormente, soleado y abrigado monte. Tanto es así que, desde entonces, todas las navidades en que volvía a casa siempre volví a repetir el mismo camino y, para ello, aprovechaba el día mas neblinoso que podía. Aún hoy lo sigo haciendo.

“Javiel” me llamaba mi abuelo y, de él recuerdo que, era más duro que el pedernal. Por algo era Prieto…. Prieto y Cabero. Cabero y Prieto mi abuela y de Nistal le viene como apodo “Cañas” aunque, según Aquilino Combarros, ya en 1.850 hubo un alcalde en Barrientos, Rafael Combarros, apodado el ti Cañas. Aquí me pillarían en renuncio no se decir si el apodo viene de Barrientos o de Nistal.


Fig. Paula Cabero, Pilar Cabero, Generosa Cabero (cuadro), Honorio Prieto Cabero y Juan Cabero.

Muchos Caberos aparecen en la imagen, todos ellos muy cercanos, abuelos y tíos-abuelos, para ilustrar una historia de Caberos, Caberías o agrupaciones de Caballeros Pardos, también conocidos como Caballeros a Sueldo de León.



En el siglo VII la vida en las tierras de frontera, las tierras de nadie, era bastante complicada, se vivía y se moría al albur de una Ceifa, Razzia o incursión de castigo, cuando no en manos de buscavidas o renegados que no tenían cabida en ninguno de los proyectos estables de gobierno. En los inicios del Reino de León, los pobladores debían luchar para vivir y luchar para protegerse, por lo que, además de campesinos, debían ser guerreros que se organizaban para defenderse o ampliar sus territorios.

Por otro lado, los Reyes no tenían la capacidad económica o suficientes beneficios de tierras y señoríos, para pagar una tropa armada estable y capaz de bregarse con los musulmanes y cristianos en las continuas refriegas de frontera. A modo de detalle se estima que, en aquel momento, mantener un soldado a caballo completamente equipado costaba las rentas que proporcionaban 150 hectáreas de tierras. Por todo ello tenían que recurrir a la ayuda de cualquier hombre con capacidad para mantener un caballo y las armas necesarias prestas para el combate. Por ello aparecieron las tropas concejiles. Estas tropas, mayoritariamente organizadas desde los concejos, recibían el nombre de Caberías, también Caballeros Pardos o Caballeros a sueldo de León. A los integrantes de estas Caberías se los nombraron Caberos y fue una clase de tropa relevante que según avanzaba la reconquista, adquirió beneficios y prebendas y que nació aquí, en las tierras bajas de León, donde era más difícil contener al contrario, siempre creyente, sea del credo que sea, y seguidor del libro.


El emir Hisam I tras derrotar a Bermudo en Burbia quería acabar de una vez por todas con los levantiscos que incordiaban sus dominios por el norte.

Hisam I, deseaba emular a su padre Abderraman I por ello reformó su obra principal, la mezquita de córdoba, a la que añadió el primer alminar o minarete, y deseaba hacer otro tanto en el campo de batalla, por ello estaba obligado a realizar una campaña que agradara a sus nobles, a su puelo y, de paso, vengar la derrota de la campaña anterior, en la que su general Abd al-Malik había sido degollado por el propio Alfonso II “El Casto”.

En el año 795 el general Abd al-Karim dirigirá una Aceifa sobre el norte de la península con varios objetivos, el primero de control, y el segundo de venganza por la derrota que Alfonso II, el Casto, infringió a su hermano un año antes, al ser emboscado entre Babia y el Bierzo cuando retornaba a su tierra, tras haber destruido Oviedo.

Hisam I sólo había transmitido una consigna a Abd al-Karim, quería la destrucción más absoluta y la cabeza de Alfonso II sobre una pica.

Córdoba se había engalanado para dar la despedida al selecto ejército de más de 10.000 jinetes, que durante la primavera estuvieron acampados a las afueras de la ciudad sometidos a duros y continuos ejercicios de adiestramiento.

Al comienzo del mes de Jumada, el General Abd al-Karim tras una gran parada militar al son de pínfanos y timbales, presidida por el mismo Emir abandona Córdoba. A la par que la tropa emprende camino, y no con el mismo motivo, los informadores a sueldo de Alfonso II salen a uña de caballo hacia el norte. Las noticias no son buenas, el ejército musulmán poderoso, es preciso informar cuanto antes al Rey.

En el norte las fiestas del sur se tornan en duelos. Todos los hombres principales del reino son convocados por el Rey que reúne un ejército dispar. Todos los concejos han aportado, según sus posibles, a lo más granado de su población para lo que se presume como campaña a sangre y fuego.

Alfonso y sus generales apostarán a su ejército con Astorga a la espalda a la espera del enemigo, mientras, el resto de los pobladores huyen a refugiarse a las montañas. El emplazamiento elegido permitirá presentar batalla en razonables condiciones, además de un rápido repliegue atravesando montañas y puertos hacia un terreno más abrupto, que compense la desventaja numérica y cualitativa de las tropas.

Con el fin de dificultar el avance del ejército de Córdoba se crean partidas de Caberías, estas habrán de incordiar al grueso del ejército con constantes escaramuzas. Pero los ágiles jinetes cordobeses están prevenidos y lo que podían ser operaciones de desgaste del musulmán, acaban siendo escabechinas de los que se decían descendientes de los godos.

Al comienzo del mes de Rajab, el ejército del Emir se sitúa frente al del Rey Alfonso. A medida que ha ido avanzando su ejército, el General Karim es informado de los movimientos de su oponente, por ello agradece a Alá su suerte, el Rey a cometido el error de hacerle frente en campo abierto y pagará cara su osadía. Ante la sorpresa de los sublevados, nada más llegar, sin perder un segundo, envía una vanguardia de 4.000 jinetes al mando de Faray ibn Kinanasus jefe de la división militar de Sidonia. Los acampados se ven desbordados por el impetuoso ataque de la eficaz caballería andalusí. El golpe que reciben en su centro es demoledor. Cuando el resto de las tropas locales acuden a reforzar las posiciones castigadas, el propio general Karim, al mando de las tropas restantes, ataca por el ala derecha. En encuentro fue desigual y, como siempre en las guerras, unos mataron y otros fueron muertos, muchos de los nuestros regaron la tierra que fue completamente asolada. Tras el error táctico el rey bastante tiene con huir con lo que le resta. Las vanguardias musulmanas se lanzan a rematar la carnicería.

A las órdenes del Rey, Guadaxa reorganizará el cuerpo de caballería concejil con el que se lanzará de nuevo a la carga, objetivo, detener o entorpecer el avance de los sarracenos. Ya sólo queda vencer o morir y esta vez… pintan bastos. Los locales, mal entrenados y peor armados, nada podrán ya hacer ni por sus haciendas ni por sus vidas. Los jinetes de Faray los rodean y asaetean. Tras la batalla quedará el campo sembrado de cadáveres. Karim pone rumbo a Oviedo que será devastada debido a que, según el cronista Ibd ad-Dhari, las murallas no habían podido ser aún reparadas del ataque del año anterior ejecutado por Malik, no pudiendo ofrecer resistencia alguna. Una vez finalizada esta victoriosa campaña, el general Karim da orden de regresar a Córdoba. Corría el mes de Sha´ban. Sus tropas celebrarán en Ramadam con los seguidores del profeta y el Dios verdadero sin cumplir su objetivo, capturar al Rey Casto y dejar sin efecto la resistencia del norte peninsular.

“La fortuna reparte su suerte como de costumbre, por la mañana velorio y desposorio al anochecer”. Abu Isaq Es Saheli (S. XIV). Poeta y arquitecto granadino.

El tema va de Caberos, Caberías y de montes, o más certeramente del monte Iraco o los montes de mi recuerdo. Para poner música a esta entrada selecciono a Vangelis (nombre comercial del griego Evangelopulos). Me imagino que podría tener sobre 14 años cuando conseguí un cassette (era lo que había) con el álbum Spiral. Aún hoy lo sigo escuchando y sigo pensando que es de lo mejor en música electrónica que conozco. La obra de este griego es muy extensa y para todos los gustos, en este caso incluyo el tema “Ask the mountain”. Va con la entrada.

Esta vez no será una pintura la que acompañe, será una obra arquitectónica, ya la cita del final de la entrada es suya y suya también es la mezquita de Djinguereiber. ¿Por qué viene a cuento esta obra? La obra de un poeta y arquitectro granadino del S.XIV, Es Saheli, que alejado de las modas imperantes en su momento, crea una obra que, como el mismo dice, surge de la misma tierra, realizada con materiales toscos y humildes pero aún así cómodos y duraderos, es dura como lo es la misma tierra de la que nace, como siento que son las gentes de esta tierra. “Hombres que entre raíces, como raíces gallardas, van de la vida a la muerte, van de la nada a la nada”.
Esto último es de otro poeta, esta vez alicantino, al que ahora todos los políticos le quieren poner apellido, hablando en esta ocasión sobre leoneses.

domingo, 21 de marzo de 2010

Origen y razón del escudo de Carral y Villar


Hace ya un cierto número de años Jose y yo estábamos bañándonos en el Órbigo durante las convivencias estivales de Los Palotinos. Uno de los curas que nos educaban, el Padre José Rebaque nos cuenta que ha recogido testimonios de mayores en su pueblo que hacían referencia al hecho de que San Cristobal y Carral habían seguido caminos paralelos tanto en su nacimiento como en su desarrollo.

El origen de Carral es Villar como el de San Cristóbal es La Polantera (carta puebla entera) Basándonos solamente en el nombre, podemos constatar la existencia de Villar como casa de campo y explotación agraria de una familia Astorgana acomodada en tiempos de los romanos, hablamos de los alrededores del año 0 de nuestra era, cuando Astorga pasa de ser cuartel a ser ciudad. De antes, nada sé. Castrillo de las Piedras tiene claras connotaciones prerromanas y pudiera ser que Villar, San Felix, Posadilla y Barrientos ya apuntasen como explotaciones agrarias ligadas al castro. Vete tú a saber.

A partir de aquí todo es dudoso, según referencias consultadas en la BN parece ser que en tiempos de la repoblación de Astorga y aledaños por el Conde de Gatón, personaje interesante donde los haya, existió río abajo de Astorga una población “asentamiento principal con dos iglesias abandonadas desde hace dos siglos” que recuperó y restauró un pariente del Conde en el año 854, que bien pudiera ser Villar... o ya me gustaría a mi. 100 años después el 29 de abril del 958 el monasterio berciano de San Cosme y San Damián de Burbia compra tierras en Barrientos y Posadilla. El 20 de Diciembre del 1069 Barrientos finaliza la construcción de la iglesia a la advocación de San Martín de Tours (ya hablaremos de este santo y de la antigua iglesia de Barrientos en otra ocasión).

Las escasas referencias escritas de las siguientes épocas nos llevan a la tradición oral que sitúa una casa solariega con iglesia, abadía e instalaciones anejas justo en el entorno actual de la majada y el prao de la Cruz. Lugar donde también se situaba un molino (existente aún a mediados del S.XVIII según el catastro del Marqués de la Ensenada), todo ello propiedad del Marqués del Junco, del que todos hemos oído hablar en algún momento.

De aquí al escudo sólo hay un paso, en la capilla de San Bernardino del Convento de San Francisco en Astorga (desde la guerra de la independencia convento de los Redentoristas) existe un enterramiento de los “Junco” con una piedra armera aún comprensible y el siguiente latín esculpido en ella Nobilium Juncorum Ossa-hic Reposuit Mors Exossa-Aliam Vitam Sunt Exorssa-Deprecare Sit Gloriosa o lo que es lo mismo “De los nobles Juncos las cenizas – Guardó aquí la muerte odiosa – Comenzaron otra vida – Rogad les sea gloriosa”.

De dicha piedra, de mi interpretación en base a otros escritos y documentos heráldicos pongo color al escudo de los Junco y por extensión al de Carral y Villar. En campo azul, águila negra, perfilada, picada y membrada de oro; superada en jefe de una flor de lis del mismo metal, y en punta de una alcachofa también de oro, tallada y hojada de oro. La bordura es de oro y la cadena de azur.

Eran tiempos de cambio, tiempos de gestas y grandes acciones, era el tiempo de los hombres. Las grandes órdenes militares habían acudido en defensa del reino cristiano y su ejemplo era causa de envidia y admiración. El camino de Santiago era un ir i venir de historias, de grandes batallas allende del Mediterráneo. Las batallas de aquí se tornaban pequeñas en comparación con las de Tierra Santa.

En una mañana fría, Sanz del Junco junto con su primogénito, varios caballeros de la comarca y sirvientes con pertrechos respondieron a la llamada de Roma. Intuían un largo camino antes de cumplir sus promesas; Jerusalem, Belén, Nazaret, Cafarnaúm, el lago Tiberiades, el río Jordán... Aconsejado por el Tenente de Cornatel seguirían el camino de Santiago hasta cruzar Roncesvalles. Desde allí hasta Marsella y una vez en Marsella en barco hasta San Juan de Acre, puerta de Tierra Santa. Las cartas de crédito de los Templarios eran buena compañía para el camino ya que les garantizaban fondos y ayuda de ser precisa.

Entre bromas y brumas, van completando etapas, ya están en el territorio de la sacra dinastía de los Capetos. La católica Francia cuna de Templarios y Hospitalarios. Varios días atravesando bosques, y vadeando ríos. Agotada la jornada se acercan a una pequeña población a la protección de un castillo donde buscarán acomodo a hombres y animales. Al cruzar un pequeño puente un alboroto llama su atención. En el centro del grupo, una mujer con los ropajes sucios y rotos soporta a pié firme insultos y vejaciones. -¡Seguidme!- tras Sanz sus compañeros se abren paso entre la gente interponiendo sus caballos entre esta y la mujer. En ningún sitio está bien visto que los extranjeros se entrometan en las cosas del lugar y así se lo hacen saber enviándoles a los leoneses una lluvia de piedras y vegetales que más mal que bien soportan la granizada sin la ayuda de sus escudos y armaduras que han quedado atrás. Con moratones y magulladuras y con la ayuda de sus caballos consiguen salir con vida. Al galope dejan el pueblo y, a resguardo de las malas intenciones, descabalgan para recomponer y recomponerse de la buena tunda que les acaban de propinar.

-Soy la viuda del conde de Foix, señor del castillo y la villa que habéis dejado-. La viuda se confiesa también prima del rey de Francia en cuyo nombre gobernaba con su esposo fallecido la comarca, pero a la muerte de este los antiguos señores la acusaron de adulterio ante sus vasallos y con la traición y ayuda de su castellano consiguieron arrebatarle la fortaleza y, de no haber sido por la intervención de los leoneses, le habrían arrebatado también la vida.

Tras la loma una gran polvareda les anuncia que una tropa se acerca a galope tendido. Los caballeros aprestan sus armas, no tiene objeto escapar y en las condiciones en que están tampoco llegarían muy lejos, así que mejor vender cara la piel que te acuchillen huyendo. Ya las primeras mesnadas se dejan ver y en su frente ondean las armas del rey de Francia que conocedor de la situación en que quedaban sus dominios envía un cuerpo de su ejército en auxilio de su prima.

La historia acaba con la entrega de la ciudad y armas, el ajusticiamiento de los revoltosos y en premio y justa recompensa por nobleza e hidalguía le otorgan a Sanz del Junco una flor de lis que desde entonces coronará al águila de sus armas.

Dice un refrán antiguo; “Lo que en la leche se mama, en la mortaja se derrama”.


Para ponerle música a esta entrada valoré algunos artistas con solera, Eduardo Paniagua, maestro en la recuperación de sones e instrumentos de la gran riqueza sefardita, andalusí y bajo medieval, EVO un grupo de referencia para mí en la rica música medieval del Langue D´oc y Nordeste de España, su serie Istampitta de danzas me parece francamente buena. Sin embargo al final me decanté por Corvus Corax (cuervo común) aunque nada más sea por mostrar otra cara de la interpretación de música medieval. Corvus Corax es un grupo alemán espectacular en sus puestas en escena. El tema es Saltarello, danza instrumental anónima del SIV.


Hoy, más que una pintura, hablaremos de una obra pictórica completa, conocida como la capilla Sixtina del románico, el panteón de los reyes de San Isidoro en León merecería una entrada en exclusiva. Para el que desee más información le remito a la página web http://www.sanisidorodeleon.net/ y, aún mejor, que lo visite, no sabéis como merece la pena.

lunes, 15 de marzo de 2010

Los afluentes del Tuerto. Entre río y río me he metido en un charco

Tengo un gran interés por conocer las claves etimológicas que le dan nombre al río Valimbre y de las que, sin embargo, no localizo referencia alguna. No han faltado referencias a Turienzo, Turgentium o Escamut, otros nombres de este rio. Gran misterio está siendo para mí este Valimbre…...

Planeaba que un monográfico sobre este afluente del río Tuerto fuese el colofón a esta serie de tres entradas sobre el río. Sin embargo me pareció deshonesto dedicar una parrafada completa al río Valimbre sin enumerar, al menos, algún que otro afluente más. Por ello y por tener una visión más general me propuse identificar los diferentes afluentes y explicar aquellos cuyos nombres me trajesen información relativa a la comarca, a las gentes o a las tradiciones. Con este objetivo fueron apareciendo el arroyo “El Peregrin” inicio de esta historia, arroyo “de la Cachera”, arroyo “del Rebiján” y arroyo “del Reflejo”, todos ellos en las primeras fases. Arroyo “del Quimadiello”, arroyo “del Tuentecorro”, río “Venamieriel”, arroyo “del Sanguinal”, arroyo “Trabazas”, arroyo “del Valle del Grillo”, arroyo de “Xandillamas”, arroyo del “Valle Espino”, arroyo “de Beldeo”, arroyo “de Valdevaliente” y cada nombre lleva aparejada una historia diferente.

Pero he aquí que aún seguía sin encontrar el sentido al río Valimbre y ya llevaba escritas siete entradas con los restantes. Ya estaba metido hasta los corvejones en este charco que yo sólo me había fabricado y no paraba de ver como el texto seguía creciendo.

En este punto intuyo que la publicación literal de lo recopilado además de extensa, aburriría al más pintado. Y lo cierto es que, ya está el año de aguas como para formar un lodazal nuevo, es por ello que a grandes males, que no son tales sino ríos, grandes soluciones. Tras tres semanas de descenso abandono la serie de los ríos dejando solamente los documentos que para identificar arroyos me he fabricado, de esta forma queda para ser consultado un mapa orográfico del río Tuerto con sus afluentes y los afluentes de sus afluentes además de un documento esquemático de los mismos que incorpora, también, anotaciones sobre las poblaciones a la corriente del río, ríos o arroyos. Tiempo habrá, con menos corriente, de vadearlos. Llega el tiempo de un cambio de Tercio. En la siguiente entrada nos veremos con otro tema muy diferente.

En los Altos de Cogorderos, corría el verano de 1.811, las tropas francesas dominaban la península Ibérica tras la invasión “pacífica” y la subida al trono de José Bonaparte.

En nuestros pagos, el General Santocildes al mando del Sexto ejército intentaba poner coto a la ocupación. En este caso se enfrentan, el general Francisco Taboada con la 2ª Sección (brigada al mando del coronel Manuel Mascareñas Sardías) de su 2ª División, y el auxilio de la brigada volante asturiana de Federico Castañón contra la potente brigada francesa del general Jean-André Valletaux (compuesta por tres batallones del regimiento 122º y dos del 119º de línea, con 50 cazadores a caballo).

El general francés se lanza al ataque, las guerrillas y la infantería ligera local intentarán entorpecer su avance. Las tropas francesas, más especializadas, van doblegando poco a poco la resistencia de las tropas españolas. Fajándose de duro se tirararán más de 6 horas de confusos combates en que, pese a la superioridad del enemigo se lucha y se muere como jabatos y, para más "inri", está anocheciendo.

Quienes se dejaban las entrañas y la vida no lo sabían, pero por otro lado, conocedores de la inferioridad en la que se encontraban sus compañeros, el coronel Méndez de Vigo y sus tres batallones del regimiento de Oviedo llevan varias horas a marchas forzadas para poder llegar a tiempo de auxiliar a las tropas que combaten. Cuando llegan al campo de batalla no hay alternativa, sin recuperar el resuello, calan bayonetas y cargan contra los franceses. En la primera carga, al ser cogidos por sorpresa, cae abatida la brigada de Valletaux, incluso el mismo Brigadier gabacho muere en la refriega. Los franceses comienzan a retirarse. En ese momento en el campo de batalla se escuchó el toque “a degüello” de la caballería española, iniciándose entonces una persecución en la cual como relatarían después; caían los franceses bajo las armas españolas “matándoles como gusanos” allí donde les alcanzaban. 500 soldados de las tropas francesas con muchos oficiales dejaron su vida en estas tierras a la par que muchos conciudadanos.

Esta acción interrumpiría la marcha de las tropas francesas hacia Badajoz con lo que se favoreció la estrategia de los generales Wellinton y Castaños. Como dice un refrán de molineros “El que está en la aceña muele, no el que va y viene”.

En anteriores ocasiones me he encontrado con la imposibilidad de añadir la música que habría seleccionado por no encontrar referencia de calidad en YouTube. No es el caso de esta chelista, Caroline LaVelle que ha grabado este tema “comercial” de un tema popular irlandés. El vídeo no hace honor a la versión del mismo ni a la calidad de la intérprete, así que nos olvidamos de la escenografía y nos centramos en la música el tema se llama "Moorlough Shore" (la orilla Moorlough). Leyenda de amores y desamores, de partidas y de difíciles reencuentros. Si a alguien le interesa el tema puedo recomendar también la versión de Sidney O´connor titulada “The foggy drew (el rumor de la niebla)”.


Quizás no venga mucho al caso, o tal vez si, pero ya sea porque es de San Justo, por ser pariente de mi parienta, por haber sido mi profesor en el instituto, o por ser un pintor de referencia, traigo aquí un carboncillo de Sendo sobre la lucha leonesa que sustituye, porque que no dispongo del que buscaba, a otro carboncillo que yo mismo le vi bosquejar en el que aparecía la azucarera de Veguellina sobre un cuerpo desnudo de mujer, expresión de la fertilidad de la Vega sobre la que florece la industria de transformación. La conexión de Río, de la Vega con sus frutos y consecuencias y con un pintor a la corriente del Tuerto son una excusa más que suficiente para incluirlo en esta entrada.